Una razón: los diez millones de personas de la Ciudad de México no piensan dejar sus carros.
CIUDAD DE MÉXICO — Después de dos días de “mal tiempo”, inusual para marzo, el sol regresó y la Ciudad de México se enfrentó a una contingencia de contaminación de ozono a partir del domingo, 13 de marzo. Unas de las causas:
- La temporada más calurosa y más seca comienza en marzo.
- Líderes del partido de derecha Partido de Acción Nacional (PAN) consiguieron un amparo contra Hoy no circula, el programa que durante décadas ha obligado a muchos carros a descansar un día a la semana para reducir la contaminación y el tráfico. Aunque el amparo solo obligaba a pequeños cambios al programa y solo era para los litigantes, oficiales locales decidieron cancelar el Hoy no circula, permitiendo la circulación de 600,000 carros adicionales por día.
- El gasto público favorece el uso excesivo del carros privados. El gobierno federal promete construir 16 nuevas autopistas alrededor del país durante los próximos dos años y un número similar de carreteras urbanas (“vías rápidas”) en la zona metropolitana, muchas vinculadas al ostentoso proyecto del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México cerca de Texcoco. Solo una nueva línea del Metro se ha construido durante los últimos 15 años, y la mitad de esa línea quedó clausurada durante más de un año debido a actos de negligencia en el proceso de construcción y supervisión. El ex alcalde Andrés Manuel López Obrador, populista de centroizquierda, empezó durante la primera década de este siglo a construir “segundos pisos” arriba del existente Periférico para atraer el apoyo de las clases media y alta, y sus sucesores han continuado con obras parecidas. (También es cierto que el gobierno local ha construido varias líneas del Metrobús, una especie de autobuses biarticulados con carriles designados y andenes para el prepago. Cada una de estas líneas de Metro y Metrobús se satura desde su primer día de operación, gracias en parte a la suspensión de las campañas de planificación familiar durante los dos sexenios del PAN y los primeros tres años del régimen de Enrique Peña Nieto del PRI.)
- Crédito fácil.
- Las multinacionales de la industria automotriz fabrican carros con unos límites de contaminantes para la exportación y otros, más laxos, para la venta dentro de México.
- Una cultura de impunidad para los conductores. En años recientes, la tenencia fue eliminada para muchos bajo el argumento falso de que tal cuota no existe en otros países. Hay estacionamiento gratis en todos lados, incluso en esquinas y pasos peatonales. Solo una fracción de los policías—los de tránsito—son autorizados para multar, por lo cual es común ver que los conductores pasen los altos, no usen direccionales, no cedan el paso, den vueltas del tercer o cuarto carril, y que manejen en sentido contrario, a exceso de velocidad o borrachos, muchas veces en presencia de policías.
- La noción de que poseer carro hace que uno sea de clase media, o por lo menos que uno no sea “jodido”. Muchos jóvenes o no tan jóvenes tienen carros pero viven hacinados con sus padres, cuando los jóvenes de otros países considerarían que tener cuarto propio u hogar propio ofrecería más libertad y privacidad que un carro. (Habiendo dicho esto, la gran mayoría de los capitalinos no tienen carro.)
En Nueva York, la ciudad norteamericana más parecida a la de México en cuanto a número de habitantes e infraestructura de transporte masivo, muchas de las personas que podrían comprar y mantener un carro eligen no hacerlo. En la Ciudad de México, aunque el Metro sería más rápido para muchos viajes, sobre todo si pasan por el centro de la ciudad, y aunque es exponencialmente más económico tomar el Metro que usar carro, muchas personas que son apenas de clase media manejan para no compartir el Metro con “los jodidos”, aunque raras veces hace demasiado frío o calor para esperar una unidad de transporte y la espera es mucho más corta que en otros países. Pero sí es cierto que, una vez adentro del autobús o vagón, hay poca ventilación en ciertas líneas y la gente sí suda (siempre) y se desmaya (a veces).
- México usa una medida confusa y engañosa, el de los puntos IMECA, para medir contaminantes. Es incompatible con el sistema de partes por millón utilizado en otros países y eso dificulta la comparación internacional. Funcionarios de gobierno se jactan, sin embargo, de que la cuidad ha avanzado: de ser la ciudad más contaminada del mundo en la década de los 1990, ahora es meramente una de las cinco peores. (Desde aquellos tiempos, una refinería y otras industrias pesadas han dejado la ciudad.)
- Horas pico sin fin: a. de 6 a 10 a.m.; b. de 12:30 a 4 p.m., que abarca la hora de salida de las escuelas y el horario de comida extendida del cual muchos trabajadores y todos los ejecutivos y funcionarios gozan, cuando suelen salir a manejar otra vez para comer lejos de donde trabajan y c. la hora pico después de la jornada laboral, que inicia a las 6 p.m. y sigue hasta por lo menos las 10. Así, la “hora pico” dura 11.5 horas.
Las autoridades metropolitanas relevantes tomaron medidas para reducir el flujo vehicular durante tres días a partir del martes, 15 de marzo, con resultados apenas tangibles. El miércoles y el jueves, los carros con cierta terminación en la numeración de sus placas—potencialmente hasta 800,000 de ellos—fueron “obligados” (pero sin multas) a dejar de circular. Fue la primera vez desde 1999 que estas medidas se aplicaron durante tres días consecutivos. El efecto era mucho menos inmediato que cuando en París hace un año la mitad de los carros fueron parados durante un día.
La alerta fue suspendida el viernes, con la promesa de nuevas medidas que se anunciarían dentro de dos semanas.
¿Serán prohibidos los carros en el centro de la Ciudad de México, como ahora va a pasar en Oslo y como ha sido la práctica desde hace décadas en Florencia? ¿Los viejos autobuses y camiones que contaminan visiblemente — propiedad de los gobiernos en muchos casos — serán sacados de la circulación? ¿Se prohibirá la circulación de los dobles remolques dentro de la ciudad? ¿Será ésta la primera ciudad del mundo que convierta a los carros inteligentes con piloto automático, la primera que prohíba el carro privado como ahora se conoce, para así reducir la contaminación, los accidentes, y la práctica de manejar bajo la influencia de la testosterona? Si respondiste “Ninguna de las arriba mencionadas”, pasa a recoger tu premio.
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[Johnny Hazard, quien anteriormente fue maestro en Minneapolis, es el corresponsal del Rag Blog en la Ciudad de México. Hazard es profesor en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y es autor de Con estos estudiantes: La vivencia en la UACM, un libro acerca esa universidad alternativa, y de la novela que pronto será publicada The Pancho Villa Underground Railroad.]